Si imaginamos un lugar donde el transcurrir del tiempo carece de importancia, donde poder disfrutar y sentir cada uno de los detalles que ofrece la naturaleza, en un estado de perfecta relajación…sin duda es “La Posada del Agua”.
Un entorno privilegiado, a orillas del embalse del Burguillo (Ávila) , frente a la Reserva Natural del Valle de Iruelas y junto a una decoración natural, es la oferta de este singular alojamiento. El paisaje se ilumina al amanecer y al atardecer, mostrando todos sus matices, cuando el sol rodea la sierra e ilumina su cara norte, que es la que ven los visitantes.
“La Posada del Agua” ofrece una experiencia diferente, alrededor del paisaje, en cada una de sus doce habitaciones. Todos los detalles están minuciosamente cuidados para una estancia muy cómoda y sin preocupaciones.
Además de un jardín donde poder disfrutar y descansar tanto en verano como en invierno, si lo que se desea es estar lo más próximo al agua sin mojarse, cuenta con un espacio de ambiente “chill-out”, para disfrutar de las puestas de sol.
El agua es el elemento fundamental de esta posada y para disfrutar de ella existe un acceso directo a una playa privada para los clientes. Pero si lo que se busca es algo más de intimidad, atravesando los pinares del Valles de Iruelas , se pueden encontrar playas desiertas.
Para los más activos, en la zona se pueden realizar preciosas rutas de senderismo, bicicleta, caballos o actividades náuticas.
Posada del Agua-El Barraco (Ávila)
Para un isleño tener agua cerca es como una marca genética. La Posada del Agua aun estando en Ávila (Castilla León) ofrece este estado de calma y armonía que supone. Tiene un enclave ideal junto al embalse del Burguillo; sus instalaciones son limpias para la vista y el alma, las habitaciones confortables, lo esencial está ahí sin sobrecargas, y con unas vistas inmejorables. Ver amanecer y anochecer tanto desde la habitación como desde su terraza, salón-recepción o es una delicia. Y lo más importante su personal, muy atento, estando no está lo que nos ofrece una estancia como de ir por casa.
Un enclave-lugar que recomendaría a cualquiera que desee paz, sabia atención y un amplio reencuentro con la naturaleza.
Jeroni Mira G.